El (poder/hábito) del optimismo (tan menospreciado)
Hasta no hace mucho, de hecho, hasta hace muy poco tiempo, pensaba que el ser optimista era un cuento que a uno le decían cuando no sabían qué decirle cuando le iban mal las cosas. Me parecía demasiado vago el hecho de pensar en que uno tiene que ser positivo. No entendía en qué me podía llegar a servir ser así, hasta incluso me ponía peor que si no me decían nada. Veía lo negativo por más ínfimo que sea dentro de una gran experiencia positiva. A esto hay que sumarle la gente que uno tiene a su alrededor que en su gran mayoría son de mente negativa, lo cual hace más difícil el desafío. El ambiente que lo rodea se queja del país, de la economía, de los políticos, de la sociedad….en fin, de todo. No con esto me excluyo, aún me quedan residuos de esa vieja práctica que tengo que seguir estando atento a mi mente y a cortar cuando empieza la negatividad en mi cabeza. Al fin y al cabo, se trata del optimismo y ver el lado bueno a las cosas.
¿Qué es el concepto del optimismo?
El optimismo es la creencia de que en todo lo malo SIEMPRE hay algo bueno para destacar y puede ser aplicado a uno mismo, al mundo, a la sociedad, etcétera.
Cómo funciona este mecanismo:
Cada vez que se repite un pensamiento (positivo o negativo), se fortalecen las conexiones neuronales asociadas al mismo facilitando que éste surja nuevamente.
Si tenemos constantemente pensamientos positivos o negativos, el cerebro lo tendrá como una creencia y accederá muy rápidamente. Este es un proceso que hace que la conexión entre neuronas se refuerce con la repetición.
De la forma que uno alimenta a su mente con cualquier tipo de pensamiento, la mente lo prioriza como su estado predeterminado. Imaginen si uno tiene pensamientos negativos constantemente, el cuerpo tendrá una reacción química que desencadenará el estrés, en cambio si son positivos, será de sensación de bienestar. Ahora imagine cualquiera de los dos estados a largo plazo cuál es el resultado. El negativo es un estado de:
- Tensión.
- Insomnio.
- Ansiedad.
- Enfermedades.
El positivo, como ya imaginará, acarrea todo lo contrario
- Sensación de plenitud.
- Estar en eje.
- Calma.
- Claridad.
Hace poco opté por darle una chance y comencé a tener optimismo. Como todo, es una práctica, un hábito, un ejercicio a llevar a cabo a diario para entrenar a su mente a ver sólo lo positivo de las cosas por más pequeñas que sean.
¿Qué pretende el optimismo?
Ésta práctica hace entrenar a su mente a solo ver lo positivo y a darle un peso importante, lo cual no quiere decir que lo negativo no exista, existe, claro que sí, pero en su cabeza lo importante es lo positivo y ese resultado de la constante repetición hace de este hábito un poder muy grande para comenzar a cambiar la forma de ver las cosas. Comienza a ser como cuando uno ve un día un modelo de auto en particular por la calle, no es que el resto de los modelos de autos no existan, sino que su mente se centra en ver solo ése modelo de auto.
El método que yo utilizo
El modo de realización es fijarse en todo lo positivo que pueda llegar a haber en una situación negativa y quedarse con eso. Lo negativo tomarlo como una enseñanza y comprender cómo puede sobrepasar dicha adversidad, que resultará incluso a largo plazo más positivo que lo positivo que ha tomado en un principio.
En cuanto a cuando su mente comience a parlotear imaginando situaciones negativas con éste, con aquel, con el de más allá o cuando su mente le diga que no puede ser “A” o “B” por tal o cual cosa, ESE es el momento en que usted tiene que estar alerta y tomar consciencia sabiendo que ésos pensamientos son automáticos, que vienen de programas inconscientes a base de repeticiones del pasado y DEBE deshacerse de ellos reemplazándolos por otros como por ej:
- Los quehaceres que debe realizar en su casa.
- La tarea próxima a suscitarse.
- En algo bueno para usted.
Otra forma o adicional a lo mencionado, es la práctica regular de la meditación, la cual hace que uno sea menos reactivo a los pensamientos cuando surgen.
Puedo agregar también la práctica de la gratitud incentivando a su cerebro a buscar más experiencias positivas reduciendo el cortisol, interrumpiendo la respuesta al estrés que alimenta los pensamientos negativos.
La transformación empieza cuando comienza a observar dichos pensamientos, cuando sale del estado automático diario.
Para terminar
Como conclusión y desde mi experiencia, piense en el daño que le hace a su cuerpo y a su mente y en cómo se sabotea usted mismo con esta práctica impidiéndole avanzar hacia un estado de bienestar, no sólo físico, también mental y espiritual. No se trata de ser positivo y que todo está bien, los problemas existen, están ahí, se trata de cómo se los toma para resolverlos y que lo afecten lo menos posible enfocándose siempre en lo positivo dentro de todo lo negativo que puede llegar a ver en él.
No le voy a mentir, no es de un día para el otro. Es un proceso largo que necesita desplegar para comenzar a ver avances pero si se lo toma en serio, un día se va a dar cuenta de que toma las cosas de otro modo, más tranquilo y relajado y con otra actitud. Lo invito a probar el optimismo y a darle la chance de saberse capaz de ser mejor. Tarda en llegar pero al final hay recompensa…